Cada día nos despertamos y nos resignamos a vivir la misma rutina de siempre, ver los mismos paisajes de siempre, y los mismos edificios de camino al trabajo.Pero un día nos planteamos descubrir ese lugar donde pasar el tiempo requiere cocentración y relax, cerramos los ojos y comenzamos a soñar con ese paraje que nos ayudará a evadirnos de una realidad que normalmente nos ahoga.
Deseamos con todas nuestras fuerzas que ese lugar exista para, quizá, algún día podamos ir y olvidarnos de todo.
No tiene nada de malo soñar, no se molesta a nadie, creamos fantasias donde el acceso a los demás queda restringido porque es nuestro escape, sólo nuestro.
De repente te das cuenta en un viaje que haces que el paraje que habías soñado recobra vida, te asomas al mirador y lo inmortalizas con una foto, para que cuando no puedas volver sólo con mirarlo sueñes que ya estás ahí.
Foto; RAFIKI
Texto: Rebeca C.V.
1 comentario:
La verdad que nada como los sueños para transportarnos al instante a ese paraíso soñado que muchas veces, está solo en nuestra imaginación.
Preciosa foto y maravillosos pensamientos.
Volveré a verte. Estoy cerca.
SAludos
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