sábado, 17 de enero de 2009

Cuenta Atrás

Confiaba en tí, te ayudaba, te escuchaba cuando indefenso acudias a mí a llorar tus penas, toda mi buena voluntad quedó rendida a tus pies y tu aprovechastes y sin escrúpulos la pisoteastes hasta hacerla añicos.
El tiempo que pasé contigo retrocede de manera lenta, pero lo está haciendo y con ella se van mis ganas de seguir aguantándote, de seguir con tus mentiras y tus puñaladas por las espalda, se acabó ya no soy la persona con la que llorabas y al mismo tiempo traicionabas.

La traición será tu seña de identidad y yo me encargaré de que perdure por siempre.

Todos hemos probado el amargo sabor de la traición, lo importante es saber vengarnos de la mejor manera posible, dando marcha atrás y empezando de nuevo.

Rebeca Castaño V.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La venganza nunca es buena consejera en ninguno de los lares o confines donde se encuentre el género humano.
La venganza lleva escondida violencia y esta genera más violencia todavía.
No obstante la venganza es una reacción natural del ser humano, a veces como mecanismo de defensa de la propia mente, frente a lo que se pueda considerar como una agresión injusta.
Por venganza se mata gente, por venganza se hace daño a los compañeros en el trabajo, por venganza existen problemas en las familias, por venganza se pierden amigos y amores.
La venganza sería acreedora de ser desterrada de las mentes, de la vida en general. Lo que sucede es que, en algunas ocasiones, es una reacción natural de la persona para defenderse de un ataque.
El amor y la venganza están reñidos. En un campo no cabe el otro y viceversa.
Existen venganzas por amor, pero nunca amores (auténticos) que proceden de la venganza.
En definitiva, preciosa descripción, sucinta y rica, el breve retazo que nos deja en este Blog Rebeca Castaño V.
Un cordial saludo