
Una pulsera, un tatuaje, una cicatriz..... todo lo que nos podamos llevar es símbolo de nuestra propia vida, algo con lo que nos sentimos agusto y creemos que puede llegar a ser un motivo por el que los demás nos recuerden.
Quizá muchas de ellas perduren a través del tiempo, como por ejemplo en el mundo militar podemos diferenciar quién es un sargento o quién es un capitán por el número de estrellas que lleven en su chaqueta, un lenguaje visual que en muchas ocasiones es más importante que la propia palabra.
Sólo con los gestos, o la manera de vestir nos dan una información complementaria a la que hay que sumar lo que ya sabemos de esa persona.
Todos estamos marcados por algo, bien sea físico o material que hace de nosotros unas personas diferentes a los demás, nadie se parece a nadie, cada persona un mundo y cada mundo una marca.
Rebeca Castaño Valbuena.