
Esperando me dí cuenta que sólo los que permanecemos inmoviles a la luz del día somos lo que mas llamamos la atención, nuestra mirada fija en un punto y a la vez perdida hace que todo se convierta en complice nuestro, y ajenos a lo que sucede dentro de mi, cientos de personas se acercan y lo único que sienten es el frio de una piedra que utilizo como coraza para poder protegerme de todo lo que no busco.
En realidad no soy así, dentro de mi hubo vida hasta que la espera acabó con mi paciencia y decidí convertirme en algo que impasible observa como todo cambia a su alrededor.
Rebeca Castaño Valbuena